Así como somos una economía básicamente importadora, tambien nos traemos instituciones jurídicas del exterior. Y las maltratamos. Es decir, no solo contrabandeamos conceptos a la brava, sino que los usamos a la "guachapanda". Basta conststar la llamada "pérdida de una oportunidad", un concepto jurídico altamente impreciso que, incluso un sistema tan poco confiable como el italiano, rechaza con vigor. Entre nosotros se emplea con una largueza escalofriante. El "principio de confianza legítima" idea traída de Alemania se llegó a utilizar para justificar la presencia de vendedores ambulantes en un parque publico.
Vivimos varias realidades al tiempo: la de los países subdesarrollados y famélicos por un lado, y la de los opulentos, al menos para una parte de la población. Necesitamos desarrollo, pero queremos aplicar todas las normas protectoras del medio ambiente, aunque ello nos impida adelantar grandes proyectos. Queremos desarrollo económico, pero atacamos a quienes son capitalistas. Queremos todo de todo. Qué haremos con tantas teorías ?
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