= Es posible que el acuerdo para la presencia de militares y naves norteamericanas en Colombia sea inconveniente. Pero las continuas amenazas de Chávez para intimidar al país están produciendo en la opinión pública un efecto competamente inverso al querido por él: cada vez los colombianos se convencen más, con razón o sin ella, de que el acuerdo no solo es conveniente, sino necesario.
La creencia, progresivamente extendida, es que Venezuela es muy superior en armamento, y por lo tanto no queda otro remedio que apoyarse en los americanos para defendernos. Y existe, además, la certeza, probablemente equivocada, de que los Estados Unidos considerarían un ataque a Colombia, como una agresión contra ellos.
Mientras tanto el coronel sigue lanzando amenazas y pronunciando arengas, a cual más estrepitosa para ver si por esa vía Obama y su gente retroceden en el propósito de llegar al acuerdo.Algo que al menos hasta el momento no parece que vaya a ocurrir, como lo demuestra el poco interés mostrado por el presidente americano frente a la desaforada convocatoria de Lula para que le explicara a los países de UNASUR los términos del convenio con Colombia. Es más, Obama se cuidó de recordarles al presidente brasileño y a los demás gobernantes suramericanos, que EE. UU. no pertenece a UNASUR por decisión de ellos mismos, y nada tiene que ir a hacer allá.
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