* Lo verdaderamente positivo de las dificultades que los industriales y los comerciantes están teniendo con Venezuela, es que a lo mejor aprenden. Aprenden que no se puede confiar en lo que parece facil y que los riesgos no solo dependen de las buenas intenciones y los buenos deseos. Venezuela sigue un proyecto claro y perfectamente definido cuya coherencia se vé constantemente mimetizada detras de las aparentes improvisaciones de su comandante supremo. Chávez es temperamental y eso lo hace parecer desatinado. Pero no hay incoherencia en el proyecto bolivariano: la economía corre derecho a la completa estatización, y eso es algo que tienen que tener en cuenta quienes hacen negocios con Venezuela.
Pero el proceso no va a ser fácil y seguirá provocando crisis mientras las fuerzas afectadas tratan de impedir la marcha del designio bolivariano. No hay que equivocarse. El sector industrial y exportador tiene que convencerse de que debe buscar otros mercados, so pena de sufrir los altibajos que están por seguirse generando.
Hece 10 años el comercio con Venezuela no tenía las dimensiones de hoy. Y hay que prepararse para verlo languidecer más temprano que tarde.
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