Dicen que el Alcalde le ganó el pulso a los transportadores del paro en Bogotá. No lo creo, porque si la suma que finalmente se pactó reconocerles es muy superior al cálculo inicial que sustentaba la propuesta del Distrito, de alguna parte debe salir la diferencia. Y si la supuesta victoria del Alcalde se logró a costa de los ciudadanos, entonces el interés general fué el que terminó damnificado. Y aunque ni siquiera valga la pena recordarlo, de lo que se trataba no era precisamente salvaguardar la imágen política del mandatario.
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