La Comisión federal de regulación de las telecomunicaciones presentará al Congreso americano un plan a diez años para convertir a internet en el medio más imporante de comunicaciones por encima del teléfono y de la televisión. Se espera que la iniciativa genere una batalla por los esfuerzos de los grandes conglomerados que hoy tienen la supremacía en las comunicaciones, y seguramene el propósito no será fácil de implementar.
Pero él marca ya la tendencia del futuro cercano. Y así hay que entender el asunto; como un señalamiento de lo que será la prioridad en los próximos años de este siglo.
Pero conociendo cómo piensan y actúan nuestros dirigentes, es de suponer que no le prestarán atención a esta campanada de alerta, y les ocurrirá como con la telefonía fija: que no entendieron para donde iban las cosas a pesar de que todo estaba muy claro desde el principio. Y no solo ellos sino los sindicatos, siempre atrapados en su retórica anacrónica e irreal. Nunca entendieron que, por ejemplo, la telefonía del futuro era la celular, y por defender sus puestos, terminaron dejar acabar la empresa.
Aqu i todavía se discute si la televisión es distinta o no de internet.
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