Y siguen las declaraciones. . .

-Qué es lo que hace que los colaboradores del Gobierno no puedan resistir la tentación de hacer declaraciones constantemente ? En el entusiasmo de su respaldo, -y eso es lo más irónico de todo-, meten al respaldado en unos enredos absolutamente innecesarios; es que no hay manera de ponerle control a esa manía dicharachera y parlanchina propia de comadreros y de pueblerinos ?. Y si a ello le agregamos la desbordada intemperancia de los medios incapaces de frenar su sensacionalismo permanente, la sociedad se vé a cada rato zarandeada por una serie de escándalos sobredimensionados e injustificados.

Tal parece que, seis años después de iniciada la administración, los fieles colaboradores de ella no han podido desprenderse del estilo campesino y montañero que los caracteriza. Y la radio y la televisión, hacen todo con tal de satisfacer su afán alharaquero de país inculto.