sábado, 4 de abril de 2009

No tonta sino ignorante

* Como ya lo dijimos, la gente no es tonta sino ignorante. Y contra lo que comunmente se cree, la más ignorante no suele ser la más pobre. Esa clase media que caracteriza aún a los países desarrollados, parece estar compuesta por gente tan superficial como elemental en sus opiniones, juicios y decisiones.

Uno no puede entender que alguien como el brasileño Coelho pueda ser traducido a la mayor parte de las lenguas y pueda además alardear de más de 100 millones de lectores con obras en las que el núcleo principal sea la más insaborta de las simplezas. "Platitudes" como se dice en inglés.

Pero lo grave es que esa falta de criterio para escoger literatura, también se expresa cuando se trata de política y economía. En esta cultura de hoy, que consiste en exigir y exigir, sin hacer ningún sacrificio.

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