jueves, 28 de febrero de 2008

El perdido encontrado

Debería existir alguna norma, convenio o protocolo que le impidiera a los secuestrados que regresan, hablar por lo menos durante la primera semana posterior a su aparición. Es comprensible su deseo de comunicarse después de haber sido sometidos a largos años de silencio y aislamiento. Es lo que quiere decir la frase popular que se refiere al perdido-encontrado y a su manía parlanchina.

Porque la incomunicación y la distancia impiden apreciar el cambio de las circunstancias y la modificación de los temperamentos sociales. Y quien acaba de ser víctima de un tratamiento imperdonable y oprobioso, se vé en el riesgo de encontrarse con la animadversión y la hostilidad, porque no puede calcular el efecto de sus manifestaciones y reclamos, y aún su justa indignación, y cree inconcientemente que su posición de víctima lo excusa de la moderación y la prudencia.  

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