jueves, 21 de febrero de 2008

Kosovo

Tal como lo anticipábamos, la independencia de la provincia servia de Kosovo ha abierto una caja de Pandora. Y es que el reconocimiento del derecho a la total autonomía de una parte de Europa sobre la base del orígen de sus habitantes, -la inmensa mayoría de los kosovares es de orígen albanés,- crea un precedente que puede tener un efecto dominó. Es eso lo que explica la furiosa oposición de España a la medida, que sin duda fortalece las aspiraciones vascas y catalanas. Y muy cerca de Servia, Rumania, inquieta de un despertar posible de su minoría húngara se opone también al reconocimiento de Kosovo. La república de Chipre, dividida en 1.974 es igualmente hostíl, porque teme que el precedente sea utilizado por la república turca de Chipre del Norte ocupada militarmente y solo reconocida por Ankara. Eslovaquia, Bulgaria y Grecia, que tienen también problemas de minorías son igualmente escépticos.

Y más léjos de los Balcanes Rusia, siempre en lucha con los separatistas chechenos se inquieta por su lado. Y Geogia, paralizada por el conflicto abkhase y osetia; Sri Lanka, confrontada a la rebelión de los tigres tamuls, y hasta China, obsesionada por las aspiraciones del Tíbet, del Xinjian musulman y de Taiwan, expresaba ayer su "profunda inquietud".

Mucho nos tememos que lo que se ha presentado como solución de un conflicto en el seno de la antigua Yugoeslavia no sea más que el comienzo de algo muchísimo más grave para la tranquilidad del mundo.

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