martes, 3 de marzo de 2009

Los cambios en Cuba.

"Los nuevos ministros que acaban de nombrarse fueron consultados conmigo, a pesar de que ninguna norma obligaba a los que los propusieron, a esa conducta, ya que renuncié hace rato a las prerrogativas del poder. Actuaron sencillamente como revolucionarios auténticos que llevan en sí mismos la lealtad a los principios.

No se ha cometido injusticia alguna con determinados cuadros.

Ninguno de los dos mencionados por los cables como más afectados, pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna. No era en absoluto ausencia de valor personal. La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos."

Las palabras anteriores, escritas por Fidel Castro y que aparecen hoy en Juventud Rebelde, se refieren a los cambios de gabinete dispuestos en Cuba, que afectaron, entre otros, al Secretario del Consejo de Estado Carlos Lage, y al Canciller Felipe Pérez Roque. Pero yo confieso francamente que no las he entendido.

Los que examinan esas cosas consideran que Raul Castro se está deshaciendo de las figuras fidelistas para traer a sus propios amigos, lo cual queda confirmado por el ingreso de ocho generales al gabinete, -recuérdese que el propio Raul es el más alto militar de Cuba-, lo qe equivale a crear en cierto modo una especie de Junta Militar de gobierno (en sentido restringido), cuyos integrantes son además viejos de 75 años cada uno de ellos.

Entonces la aparente justificación con que el Supremo Líder de la Revolución ampara los cambios no parece muy clara, como no sea una estrategia dirigida a dar la impresión de que todo se jugó con su anuencia. O bien puede ser que Fidel se resigna finalmente a que el poder ya le corresponde de pleno derecho a su hermano.

En todo caso, con el ascenso de esta gerontocracia a las posiciones de mando del Estado, pocas esperanzas hay por ahora de cambios en la orientación de la política cubana, y por el contrario, todo indica que lo que se ha reforzado es la vieja guardia y sus ideas y concepciones de lo que debe ser la estructura del poder y la economía.

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