Las relaciones entre Venezuela y Argentina, "entrañables" hermanos, como dirían los españoles se vieron entorpecidas, por decir lo menos, cuando Chávez anunció que solo las empresas brasileñas se salvarían de posibles nacionalizaciones, lo que puso a "la" Cristina a exigir una explicación al gobierno fraterno. Y cuando aún está fresco el malestar que despertó entre el empresariado gaucho los dichos y desdichos del presidente venezolano, Hugo Chávez, sobre la estatización de empresas que no sean brasileñas, el embajador de ese país en la Argentina, Arévalo Enrique Méndez Romero, volvió a avivar la hoguera.
Las empresas brasileñas radicadas en Venezuela son ‘diferentes‘ a las argentinas porque “lograron un acercamiento extraordinario con la sociedad‘, apuntó Méndez Romero.
El diplomático justificó así la decisión de Chávez de no nacionalizar las inversiones provenientes de Brasil, y avanzar en cambio con la estatización de compañías argentinas.
Sin embargo, sostuvo que las relaciones entre su país y Argentina ‘se normalizaron‘ y ‘hay nuevas oportunidades de acercamiento‘.
Las declaraciones de Méndez Romero llegaron en medio de una fuerte polémica entre la Casa Rosada, los empresarios argentinos y el gobierno venezolano por la nacionalización de empresas pertenecientes al grupo Techint.
Esa polémica recrudeció cuando Chávez dijo que había dialogado con Lula Da Silva y le había prometido no tocar a las empresas de capitales brasileños radicadas en Venezuela.
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