* La visita de los gobernantes de Afganistan y Pakistan a Washington, mas las declaraciones del Prsidente Obama en el sentido de que la lucha común de los dos países con Estados Unidos es contra el terrorismo, no puede menos que evocar las campañas del gobierno de Bush en el mismo sentido. Y no es extraño que quienes habían puesto sus esperanzas en que el mandato de su sucesor en la Casa Blanca se orientaría en una dirección menos obsesiva frente a la amenaza que para la seguridad norteamericana puede representar el fundamentalismo islámico, se sientan ahora inquietos del énfasis creciente que el gobierno Obama le está poniendo al mismo asunto, con similares puntos de vista.
Es un "deja vu" que confirma, como aquí lo anticipábamos, que el Presidente Barak Obama piensa, por encima de todo, en los intereses y en la defensa de su país, y no en lo que quiere el resto del mundo.
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