Nada se mueve en el país. Hay una expectativa total por el nuevo gobierno, aunque el saliente se niega a morir sin hacer ruído. El presidente Uribe, como de costumbre,sigue llenando el panorama nacional, y hay que decir que, si fuera por las noticias, nadie pensaría que es el titular de un mandato liquidado.
En realidad hasta la radio con sus escandalosas alharacas de mediocridad, está más bien tranquila, seguramente preparando su adhesión entusista al nuevo mandatario, que, por su parte, decidió irse para el Reino Unido, en una sana tradición que quiere que el gobernante entrante no interfiera con los últimos extertores de mandato que se va, aunque, como dijimos, éste no tiene la menor intención de irse muriendo sosegada y tranquilamente.
Es muy probable que el Sumo Sacerdote nos tenga todavía alguna estruendosa liturgia de clausura.
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