* Tal como se esperaba, los trabajadores públicos españoles salieron a hacer huelga. Ellos dicen que fueron el 75%; el gobierno, que apenas el 12%. Pero lo que importa es lo que se dijo: los europeos no están muy dispuestos a sacrificios. Y ahora Alemania es la que toma medidas restrictivas: de acuerdo con lo que se informa, la intención es disminuir radicalmente el déficit fiscal, lo cual significará la disminución de las plantas de personal en, al menos 11.000 servidores públicos. Ello aparte de otras restricciones.
Todo lo cual evidencia la gravedad de la situación. Porque lo cierto es que la economía mundial está en precarias condiciones, y a pesar de las voces tranquilizadoras de los líderes políticos, el mundo no está libre de una recaída que, esta vez, no se sabe a donde nos llevaría.
El desastre petrolero de la costa americana va a tener costos muy grandes en muchos planos. Porque aparte de los daños ambientales, puede tener graves consecuencias en el mercado petrolero. Especialmente si arrastra como se dice, a la BP a la ruina.
Los países latinoamericanos se tranquilizan recordando que su comportamiento en la crisis reciente fué relativamente airoso. Pero seguramente ello no es garantía de que en un agravamiento de la situación, pueden aspirar a salir indemnes. Sus economías, incluída la de Brasil, son demasiado débiles para resistir más de la cuenta un desastre financiero mundial.
Entre tanto, solo nos queda esperar que las cosas mejoren. Lo cual no es nada fácil.
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