* Al menos hasta ahora, el Mundial está arrojando resultados inesperados. El más notorio de ellos es el papel decepcionante de los equipos africanos. Se creía y esperaba que ésta era la oportunidad para el despegue definitivo del continente en fútbol. La presencia creciente y masiva de jugadores africanos en los equipos europeos hacía presagiar un comportamiento exitoso y contundente de los equipos de Africa cuando el gran certámen deportivo universal se realizaba allí. No ha sido así, y ello se ha recibido con desencanto.
En cambio los equípos suramericanos han mostrado un vigor que se creía disminuído e incluso, con la posible excepción de Brasil, en franca decadencia. No ha sido así. Los casos de Chile, Uruguay y Paraguay son una demostración de que el fútbol regional conserva su calidad. El caso de Argentina es aún más notable. Predestinado supuestamente al desastre bajo la controvertida dirección de Maradona, su comportamiento hasta ahora ha convertido a la selección gaucha en un firme candidato al campeonato mundial.
Entre los latinos hay que incluir también a México que humilló en sentido literal a Francia. Sólo se sale del grupo Honduras, condenada por la suerte a enfrentar a un Chile inspirado. Y con la perspectiva de enfrentar a una España deseosa de demostrar que el favoritismo con el que llegó a Suráfrica no era pura fama sin sustento.
Es una buena cosa, dado cierto desdén que se suele advertir en los comentaristas europeos frente al estado real del fútbol latinoamericano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario