* Porqué le hacemos tanto caso en este país a ciertas dependencias de organizaciones internacionales cuya politización es evidente ? Tomemos el caso de los encargados de DD HH en las Naciones Unidas. Según The Economist, sus tendencias políticas son claras: al extremo de poner en un plano de igualdad a Israel, al fin de cuentas una nación con instituciones políticas y libertades, y Hamas, esa organización peligrosa de palestinos que se opone a los miembros moderados de su propio pueblo. Los comisarios de la ONU no vacilan en colocarse deliberadamente en un puesto de pretendida neutralidad que en ese caso, es pura mala fé.
Pero hay que ver el despliegue con el que nuestra prensa destaca cuanta cosa se les ocurre decir a esos funcionarios. Olvidamos que nadie llega a un cargo de esos si no tiene poderosos padrinos en su país de orígen, sobre todo cuando proviene, no de las naciones serias y organizadas (donde tambieen se cuecen algunas habas a veces), sino de rincones tercer mundistas. Y para conservar el cargo hay que producir informes que demuestren que el funcionario de marras existe no solo en la nómina del ente internacional.
Todavía no olvidamos, en otro campo, la irresponsable alharaca de la OMS a propósito de la gripa porcina: un episodio del que nadie ha exigido responsabilidades, pero que debería servir como marco de referencia cuando se trata de juzgar la conducta de esas organizaciones mundiales.
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