viernes, 25 de abril de 2008

El problema alimentario mundial

Las cadenas norteamericanas de supermercados Wal-Mart y Cotsco han anunciado esta semana que aplicarán restricciones en la venta de arroz a los ciudadanos. La noticia ha tomado al mundo por sorpresa porque ha puesto en evidencia la extraordinaria gravedad de la crisis alimentaria que se avecina, y que ya ha empezado a golpear a algunos paises latinoamericanos como Haití y República Dominicana.  Mucho más, si se tiene en cuenta que los Estados Unidos suministran la mitad de la ayuda alimentaria del mundo. Pero qué está pasando realmente ? Por una parte, el precio de los combustibles, necesarios para los procesos de cultivo, ha encarecido las tareas agrícolas. Por ello puede afirmarse que este problema es un resultado directo de la crisis energética. El desvío de productos como el maíz en Estados Unidos hacia la producción de biocombustibles ha hecho escasear el grano para alimentación y ha repercutido en países vecinos como México, importadores del mismo para la producción de la tradicional tortilla, absolutamente indispensable en la comida nacional. La limitación de las exportaciones de productos agrícolas para mantener los precios internos en países como Brasil y Argentina (donde la medida produjo los recientes problemas de órden público con los productores agrícolas). La creciente demanda mundial de China y la India, países que están buscando, especialmente grandes cantidades de carne; pero ocurre que para producir un kilo de carne, son necesarios al menos ocho kilos de granos.  Los cambios y dificultades del clima que han perturbado o echado a perder cosechas en diversas partes del planeta. La oposición de grupos ecologistas al empleo de productos transgénicos para consumo humano. Y, finalmente, la especulación pura y simple, probablemente también, una de las causas más importantes del problema, de quienes están acumulando los productos en espera de alzas, para no hablar de las operaciones de las bolsas agrícolas, que también tienen su parte. En suma, un problema extremadamente grave que se une a la crisis económica, cuyas dimensiones nadie conoce con certeza, y que presagia gravísimas situaciones en los próximos días. Puede decirse que, si el mundo ha estado conmocionado por las graves crisis internacionales, los conflictos que pueden derivarse de la crisis alimentaria bien pueden superar a aquellas en su potencial disociador de la paz mundial. Estamos, pues, ad portas de un verdadero cataclismo de magnitud incalculable.

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