* Para qué sirve la tecnología en un país como éste ? Obligados como vivimos a vigilarnos entre todos y a cuidarnos de los riesgos y las amenazas a la seguridad, la tecnología sólo es útil para que los burócratas encargados de esos controles nos aburran con su imaginación fastidiosa.
* Un repaso a los usos de los inventos que aquí llegan confirma la afirmación.
* Cuando no se habían inventado las máquinas xerox, -que crearon una nueva expresión para la fotocopia-, bastaba la cédula como documento de identificación. Se daba el número, y punto. Ahora que todos los porteros le piden a uno que les "regale" la cédula, es necesario, además, foto(xero ?) copiarla. Pero no en su tamaño natural. Porque como las máquinas copiadoras tienen la función de aumentar o disminuír los documentos, es necesario presentar una reproducción al 150% según precisan categóricos los referidos cancerberos.
* Y luego vino el aparatito capaz de fotografiar a la gente, y librar el resultado (espantoso) inmediatamente. Ahora, donde uno va, le toman la foto con la camarita, y le entregan un papel para pegar en la solapa, como se hace con las cajas de los supermercados; sólo que éste no tiene (todavía) un código de barras.
Pero eso no basta. Es necesario dejar la huella digital (que ya está en la cédula) a través de un lector electrónico. Sólo después de todo este registro, que apenas se diferencia de la elaboración de un prontuario en que ya no se usa tinta, el escudriñado, registrado y grabado pretendiente, puede acceder al sancta-santorum. Que puede ser un club, el despacho de un funcionario de ínfima categoría, una compañía de seguros o una empresa inmobiliaria, Salvo cuando se trata de hacer gestiones bancarias para las que no parece haber mucha confianza en la seguridad de los medios electrónicos; allí todavía reina la huella con tinta; si de lo que se trata es de los intereses del banco, desde luego. Para los del cliente es suficiente con la precaria seguridad de los cajeros automáticos y las "ventanas virtuales."
*Por ese camino, estoy seguro de que el siguiente paso será exigir el mapa genético. Es inminente, y lo único que impide su "implementación" es que todavía el costo es caro; pero está bajando, y los estrategas de la organización empresarial, modalidad identidad personal, ya deben estar pensando en alguna solución.
Periódicamente se arman escandaleras mediáticas por la venta de información personal a grandes empresas del mundo; aquí, salvo las pomposas e inefectivas normas sobre habeas data, establecidas, además, para garantía del universo financiero, nadie controla el uso que se le va a dar a las informaciones obtenidas a través de las porterías de los edificios públicos y privados.
Mientras tanto los ingleses se siguen oponiendo al establecimiento de la cédula de ciudadanía, a la que consideran una invasión insoportable y abusiva de la intimidad personal.
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