domingo, 29 de noviembre de 2009

Suiza y los minaretes

* Es el eterno problema de la democracia. Europa, la "señora gorda" anda escandalizada porque los suizos votaron masivamente en contra de permitir los minaretes islámicos en su territorio.

Y llenos de angustia afirman que hay cuestiones que no se le deben preguntar a la gente porque son demasiado importantes.

Y entonces, - para qué sirve la democracia ? afirmar semejante cosa es como regresar a los tiempos en que se sostenía que el derecho al voto solo se le debía permitir a la gente que, al menos supiera leer, y además tuviera un mínimo de riqueza.

La desazón de los europeos es explicable: cómo puede ser posible que en el continente de la sabiduría y la cultura, que le dá lecciones de comportamiento al resto del mundo se dé un ejemplo tal de intolerancia ? Pero a los suizos eso los tiene sin cuidado porque a ellos solo les importa su independencia y la plata. De modo que ya debieron haber calculado que a los magnates árabes les interesa más la seguridad de los bancos helvéticos que los llamados de los almuédanos.

Y de pronto la cosa no es tan trascendental: es sabido que a los suizos les molesta el ruido: Berna, la capital., por ejemplo, no tiene aeropuerto. Es que los aviones hacen mucha bulla. Y los almuédanos también.

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