lunes, 23 de noviembre de 2009

Lula y Ahmadinejad

* Metido a grande ahora que a su país le reconocen un futuro más o menos a mediano plazo de potencia mundial, Lula ha recibido al mandatario iraní con todo el desparpajo de un primer ministro europeo. El desparpajo y el cinismo, para ser exactos. Porque el mandatario iraní es un especimen de lo más despreciable que se puede conseguir entre los políticos del planeta, y eso ya es mucho decir.

Cual es la diferencia de un sujeto que llama todos los días a borrar de la tierra un país, -el que sea-, y quien determina el exterminio de una raza ?

Los europeos, que tienen innumerables leyes dedicadas a castigar a quienes niegan el holocausto judío, e incluso persiguen y atacan a quien lo hace, son lo suficientemente cínicos como para cortejar a Ahmadinejad si de lo que se trata es de negocios, no importa que el escuálido dirigente persa proclame tranquilamente que el exterminio de la "solución final" no es más que una fábula inventada en Israel.

Pero, qué hace allí Brasil, que pertenece a un continente, lleno de culpas e injusticias es cierto, pero que jamás ha inventado las taras miserables que el mundo le debe al viejo continente ? Taras como el antisemitismo, el nacionalismo hirsuto y el odio racial, que si se dan acá, es porque fueron importados de allá ?

De manera que si nuestro vecino quiere posar, prematuramente a nuestro juicio, de gran potencia, no es necesario que copie lo peor de ellos. Tiene mucho que ofrecer en tolerancia y convivencia para empezar su ascenso relacionándose con los monstruos de la brutalidad, el fanatismo y la intolerancia universales.

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