El Senado brasileño ha venido siendo escenario y objeto de múltiples escándalos de corrupción. Coincidencialmente la alta Corte de justicia (TSF) del país ha decidido encausar a varios de los parlamentarios y ministros. Tres de éstos últimos y toda la antigua cúpula del partido de los Trabajadores, el mismo del Presidente Lula han sido imputados.
Al mismo tiempo, el Consejo de Ética del Senado presentó varias acusaciones por actividades fraudulenteas contra el presidente de esa corporación, Renan Calheiros. Para escándalo de la nación, y protestas encendidas y escandalizadas de la prensa, el Senado votó a favor del señor Calheiros.
De estos escándalos la prensa de este país, tradicionalmente desinteresada de lo que pasa incluso al otro lado de las fronteras, nada ha dicho. Y hubiera sido útil que lo hubiera hecho, para llevar un poco de consuelo - así sea de tontos- a los desalentados catastrofistas nacionales.
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