Bolonia II

+ En medio de su innegable progreso, muchos europeos permanecen prisioneros de consignas ideológicas. Y aunque admiran y envidian en ciertos aspectos a las universidades americanas, se resisten a tomar las medidas para hacer que su propio sistema educativo superior tenga la misma calidad.

Hace diez años los ministros de educación de varios países europeos se comprometieron en bolonia a crear un mercado onterior de las universidades de manera que los estudiantes de todas ellas pudieran cursar alguno o algunos semestres en el extranjero, o hacerse reconocer los diplomas en otros países. Se trataba de unificar los pénsumes, pues algunos países no tenían cursos más arriba del master, o contabilizaban los cursos separadamente, a tiempo que otros lo hacían en un solo bloque.

Pero aunque, en teerminos generales, el sistema ha funcionado, numerosos estudiantes atacan el convenio de Bolonia acusándolo de ser un complot capitalista. A ello se deben las protestas y manifestaciones callejeras en Francia, Grecoia, Italia, y predeciblemente . . .España. El énfasis en el modelo americano que fortalece la autonomía universitaria, sospechan, podría darle suficiente libertad a las Universidades para contratar, ordenar ascensos y fijar las remuneracioes de su personal.

Europa rebosa de universidades históricas (Bolonia, fundada en 1088, es, precisamente, la más antigua). Pero la ausencia de instituciones europeas en la cima de las clasificaciones internacionales, dominadas por sus homólogas americanas, marca el contraste entre un pasado glorioso y un contraste mediocre. Para sus partidarios, Bolonia permitirá a Europa liderar de nuevo. Pero el proyecto olvida una de las principales razones de la decadencia europea: la falta de fondos. En los Estados Unidos, la brecha entre las dotaciones públicas y las necesidades de las universidades es copada por aporte privado, y en especial los derechos de escolaridad. En la mayoría de los países de Europa los estudios son gratuitos, o casi.

Mientras estas realidades no se olviden en medio de los discursos obsoletos que se manejan en Europa, la grandeza de las Universidades de ese continente seguirá siendo un tema de los historiadores.