* El Presidente Zelaya de Honduras no nos provoca mucha simpatía: permanentemente ataviado con un anacrónico sombrerote de gamonal pueblerino, parece la viva imágen de esos personajes de las películas mexicanas de antes de la Guerra.
No sabemos que tanto haya hecho en su gobierno, pero al parecer se ha contagiado de la manía reeleccionista que reina en este continente, y según noticias, también ha ingresadoen el club bolivariano que preside ese otro personaje de opereta que es nuestro vecino del oriente. Zelaya ha intentado organizar un referendo para reformar la Constitución ( recurso sumamente imaginativo),con la oposición del estamento jurídico y militar.
Pero Zelaya es el Presidente constitucional de Honduras. Es por ello que el golpe militar que se intenta en su país no tiene ninguna justificación. Y tampoco tiene futuro, porque con seguridad el gobierno "de facto" que se implante no será reconocido por nadie. Es más, probablemente contará con la condena de los Estados Unidos, pues no es imaginable que el Presidente Obama vaya a alentar lo que es, sin duda, un acto disparatado y absurdo en los tiempos que corren.
Falta por ver qué apoyos o estímulos han recibido los militares hondureños para intentar semejante absurdidad, o si ella se las dictó su propia torpeza. Pero como el fracaso del intento es inevitable, cabe desear que no dé lugar a un desenlace sangriento.
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