Aunque con diferentes sustantivos y adjetivos, la Autoridad Nacional Palestina y Hamás coincidieron en la crítica al esperado discurso pronunciado ayer por el Premier de Israel Benjamín Netanyahu. "Nuestra principal demanda es que termine la ocupación, hallar una solución justa al problema de los refugiados palestinos y detener la construcción en los asentamientos. Otros detalles deben ser resueltos en las negociaciones", ha declarado Nabil Abu Rudeina, asesor del presidente, Mahmud Abbas.
El primer ministro israelí ha rechazado la exigencia del presidente Barack Obama de no construir más edificios en las colonias, ha eludido hablar del desmantelamiento de colonias, incluso de las que son ilegales para los propios Gobiernos israelíes. Y también ha dado por zanjado el asunto del derecho al retorno de los refugiados: "Ha de resolverse fuera de Israel", dijo Netanyahu. Ante esta actitud, los dirigentes palestinos sólo tienen un recurso: el presidente de Estados Unidos.
"Presidente Obama, la pelota está en su tejado. Tiene que elegir entre tratar a Obama como un primer ministro que se sitúa por encima de la ley y que cierra el camino a la paz y encamina a la región a la violencia, el caos y el extremismo o forzar a Netanyahu a que acepte la Hoja de Ruta", ha apuntado el jefe de los negociadores, Saeb Erekat, en referencia a la Hoja de Ruta, un plan de paz por fases que ordena en su primera etapa la congelación total de la construcción en los asentamientos como obligación israelí.
Los portavoces de Hamás han sido más contundentes. "Reconocer Palestina como tierra puramente judía, negando el derecho del pueblo palestino a su tierra, es un actitud racista. El discurso de Netanyahu sólo acrecentará el odio".
Difícilmente será bien acogido en ningún rincón del mundo árabe. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, que sostiene fluidas relaciones con los primeros ministros israelíes y que es socio de Tel Aviv en la guerra contra Hamás, advierte: "Las palabras de Netanyahu echan por tierra las opciones de paz. No encontrará a nadie en Egipto o en otros países que acepte esas posiciones".
Sorprendentemente, la Unión Europea consideró, en cambio, como "un paso adelante" el contenido del discurso porque estima que abre la posibilidad de la creación de un Estado palestino.
Los ministros de Asuntos Exteriores comunitarios tenían en la agenda de la reunión de hoy, como casi siempre, un tiempo dedicado a tratar de la situación en Oriente Próximo. La intervención de Netanyahu realzó la ocasión. "A mi parecer es un paso adelante", ha declarado al llegar a Luxemburgo, Jan Kohout, ministro checo de Exteriores, presidencia de turno de la Unión. "Hay elementos que analizar, pero ahí está la aceptación del Estado palestino".
Su sucesor en la presidencia comunitaria, el sueco Carl Bildt, puso sordina al avance. "El hecho de que hable de Estado es un pequeño paso adelante, pero es cuestionable que lo que él ha mencionado puede ser considerado un Estado". Según Bildt, "un Estado no puede ser definido de cualquier manera".
El jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, que llegó ayer a Luxemburgo tras un gira por la región, abundó también en la idea de los positivo del paso adelante y celebró que ahora todo el mundo esté ya de acuerdo en que los dos Estados "es la única solución posible".
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