* Cuando el período de sesiones del Congreso nacional se cerró la semana pasada con la aprobación de la reforma política, hubo críticas, estrepitosas, como es costumbre aquí, porque se le quitó la sanción al cambio de partido, o a la posibilidad de que miembros de una orientación política puedan apoyar a personas de otra. Se habló de "tránsfuguismo" político, una conducta sinónimo de lo peor que se puede ser en polítca. Es sinónimo de deslealtad y de traición; y aunque ella siempre ha existido con bastante frecuencia en el país, nunca ha dejado de ser mirada con profundo disgusto.
Por ello es tan curioso descubrir que el turismo interideológico se practicas en Francia con bastante más desenfado y sin que, al parecer, las reacciones ante los culpables de esa conducta alcancen los extremos de indignación que alcanzan por acá.
En efecto, en la reconstitución de su gobierno, el Presidente Sarkozy ha nombrado a varios miembros de partidos no afectos a él, entre los cuales está hasta un sobrino del Presidente François Mitterand, ícono sagrado del Partido Socalista francés. Y todos han aceptado con gratitud y entusiasmo. El propio Mitterand-sobrino se apresuró a anunciar su designación como Ministro de Cultura, antes de que lo hiciera oficialmente el gobierno.
Todo lo cual puede significar una de dos cosas: o ellos son absolutamente cínicos, o nosotros somos absolutamente cándidos.
Cómo cambian las cosas según las distintas culturas !!!
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