domingo, 15 de febrero de 2009

LINCOLN II

Hay que tener en cuenta que, en una profusión de sucesos que lo controlaban, Lincoln tuvo que hacer cosas para las cuales no estaba preparado ni por su experiencia, ni por su temperamento. No solo se había opuesto  a la Guerra de México sino que era un antimilitarista que aborrecía la violencia.  -Cómo entender entonces que se convirtiera en un líder efectivo, incluso el típico presidente de guerra y el único en la historia de su país cuyo mandato estuvo totalmente definido por las condiciones de la guerra y el Comandante de militares tan definidos como Grant y Sherman ? Ese es, con seguridad uno de los grandes misterios de tal hombre.   

Fué también excelente al comprender las muy amplias dimensiones políticas de la guerra al anticiparse a mucho de lo que ocurría y al cambiar la opinión pública del Norte con un consumado sentido de la oportunidad. Comprendió la importancia de aislar y contener al Sur manteniendo a los estados fronterizos fuera de la Confederación y a los conspiradores europeos por fuera de la lucha. Poco a poco definió a la guerra como una lucha total para derrocar el sistema político del Sur, y empujó a sus jefes militares hacia una estategia de rendición incondicional que fué la apropiada para los cambiantes objetivos de la guerra. Esas maniobras permiten explicar porqué Lincoln suprimió activamente al principio la idea de que la guerra era una guerra de emancipación de los esclavos, al extremo de rechazar en 1.861 una Proclama de la Emancipación de John C. Frémont en Misouri. Ello ayuda a precisar la mixtura de genuino idealismo moral y frío cálculo militar que yacía tras la decisión de Lincoln de lanzar,  en cambio, su propia Proclama de la Emancipación, un documento frecuente y erróneamente criticado sobre la base de que habla de abolición de la esclavitud, aunque técnicamente no liberó a casi nadie.   

Lo cual nos lleva al tema de las medidas tibias de Lincoln, cuyo contexto es necesario recordar. Lincoln alcanzó la preeminencia como un político antiesclavista, pero también anti-abolicionista. La estrategia que prefería habría contenido la diseminacion de la esclavitud, para eliminarla gradualmente, en cambio de atacar la institución con un gran gesto liberador. Semejante posicion  parece incoherente hoy, y falló al final, puesto que el Sur concluyó que no podía confiar en el presidente Lincoln, -quien no logró un solo voto electoral de ese territorio-, para proteger su "peculiar institución". Pero Lincoln creía que su posición favorecía el mantenimiento de la Unión, como cuestión vital para el logro de posteriores fines políticos. 

Hoy en día los historiadores encuentran difícil de aceptar la franca creencia de Lincoln en la desigualdad racial y su apoyo a proyectos de colonización en Africa. El que semejante concepción fuera bastante común, e incluso progresista no es muy convincente hoy. Pero debería tenerse en cuenta que Lincoln terminó por comprender que la victoria del Norte y la supervivencia de la Unión solo podría fundarse en un gran proyecto que justificara su existencia.  

La condición de estadista no es una cualidad abstracta sino contextual, y muy específica en las cirunstancias que aparecen. Es interesante preguntarse qué clase de líder hubiera sido Lincoln si no hubiera habido intento de secesión después de su elección, o si hubiera vivido para ser un presidente de post-guerra. La cuestión, por supuesto, imposible de contestar. Lincoln fué un presidente de guerra y esa circunstancia de la historia lo definió. No había sido elegido para lo que le tocó vivir. Los electores prefieren gobernantes distintos para la paz o para la guerra, y quizás en tiempos de paz, él hubiera sido un presidente mediocre. Nunca se sabrá. Porque en cualquier evento, tal no fué su destino.  

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