sábado, 4 de julio de 2009

Metiéndose en Honduras

* Firme en su propósito de impedir que el golpe de Honduras se convierta en un peligroso precedente latinoamericano, la OEA sigue presionándo al nuevo gobierno para que permita la reinstalación del depuesto Presidente Zelaya a todo trance. Pero lo que puede ocurrir es que esas presiones radicalicen aún más la actitud de las instituciones que respaldan al Presidente Micheletti. Y esa es la diferencia con otras situaciones del pasado: tanto el Congreso como la Corte Suprema, y aún el propio partido que llevó a Zelaya al poder, apoyan el cambio institucional. Todo lo cual genera una peligrosa situación que, a nuestro juicio, no puede ser manejada de la manera simplista que parece estar adoptando el Secretario General Insulza. Porque el riesgo es que la crisis hondureña desemboque en una situación mucho más grave de lo que parece creerse en el seno de la organización de Estados Americanos. Y eso también puede resultar afectando su prestigio, cuando lo que trata de hacer es precisamente incrementarlo.

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