* Confirmado que los policías rescatados fueron cuatro, ya se murmuran las esperadas acusaciones contra el Gobierno. Sotto voce, por supuesto, ya que sus sostenedores son conscientes de lo difícil que resulta hacerlas creibles y aceptables.
La acusación velada mayor es que si todo estaba tan preparado y tan bien planeado, el Gobierno debió esperar que pasara la elección presidencial del domingo próximo para ponerlo en acción, con el fin de no afectar los resultados.
Hoy hemos visto una cuña en video de Mockus en la que el candidato Verde dice que no está de acuerdo con que se reclamen "falsas victorias militares a costa de la vida de inocentes". Un ejemplo notorio, por si faltaba alguno, de la increíble torpeza con que se ha manejado esa campaña: en medio de la euforia nacional por un operativo que salió impecable, parece increible que alguien salga a decir semejante imprudencia, por no llamarla con un calificativo peor.
Por lo demás, no se puede decir que en la realización del operativo no se corrieron riesgos. Bien pudo salir mal. Y es indudable que si uno de los rescatados hubiera salido afectado gravemente, la censura y el clamor contra el Gobierno hubieran sido ensordecedores. Con costos electorales indudables para el candidato que ahora salió fortalecido.
Se la jugaron muy duro y les resultó. Ahora cobran el premio.
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