Dirigiéndose a los obispos colombianos reunidos, el presidente les dijo que en el rescate de los quince rehenes habían intervenido el Espíritu Santo y la Vírgen María.
Y yo me preguntaba lo que estarían pensando en Francia de este expreso reconocimiento del Jefe del Estado colombiano, cuando una reciente referencia del presidente Sarkozi a los creyentes, "un hombre que cree, es un hombre que espera", causó una tormenta nacional por violar el sacrosanto, -y valga la paradoja- principio de laicidad.
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