Es seguro que la captura del ex-presidente servio de Bosnia Radovan Karadzic, por crímenes de guerra entre 1.992 y 1.995, después de una década de estar oculto, haga revivir sentimientos nacionalistas extremos en su tierra. Hay muchos servios que aún añoran la época en que imponían su predominio a la sombra del Mariscal Tito. Porque Karadzic fué líder político durante la guerra que siguió a la separación de Bosnia-Herzegovina de Yugoeslavia, la época de la masacre de Srebrenica y el sitio de Sarajevo. Los muertos en la guerra fueron más de 100.000. Así y todo, los servios lo ven como una especie de Robin Hood, por más que la comunidad europea y el resto del mundo lo consideren una especie de Hitler moderno, por sus políticas de "limpieza étnica", uno de los conceptos más brutales en la política de exterminio que se ha aplicado en varios países después de la II Guerra Mundial.
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