miércoles, 22 de octubre de 2008

Chavez y el petroleo

El descenso de los precios del petróleo amenaza la estabilidad interna de Venezuela y la exportación del "socialismo del Siglo XXI" del presidente Hugo Chávez al resto de América Latina. El crudo representa el 98% de las ventas externas y le permite a Caracas ayudar a sus buenos amigos en la región. El problema es que en los últimos tres meses, el barril venezolano se ha desplomado en un 50%, al ritmo de la crisis económica mundial -en julio de 2008 se cotizaba en 126,46 dólares (98,45 euros) y al cierre de ayer se situaba en 56,82 dólares por barril-.

El Gobierno venezolano, sin embargo, prefiere no dar señales de preocupación. Aunque el ministro de Economía, Alí Rodríguez, anunció inicialmente un plan de austeridad para el año próximo, el proyecto de presupuesto para 2009 -entregado el martes al Parlamento- no contempla recortes. Por contra, prevé un aumento del 23% en los gastos (que ascenderán a 78.604 millones de dólares). Eso sí, serán distribuidos en forma distinta. En la "dirección estratégica de la construcción de la plena felicidad", reza el proyecto presupuestario, se asignará menos dinero al desarrollo de la "economía comunitaria" y a la construcción de viviendas, por ejemplo, y se incrementará en un 26% el presupuesto de Defensa.

La discusión del Presupuesto venezolano reavivó la polémica sobre el volumen de producción real de la petrolera estatal PDVSA. Según cifras del Ministerio de Energía y Petróleo, la producción actual es de 3,4 millones de barriles al día y, según los boletines de la Agencia Internacional de Energía y de la OPEP, es de sólo 2,33 millones; más de un millón de barriles menos de lo que sostiene Chávez.

La mayoría de los analistas financieros consideran que, mientras no se revelen las verdaderas cifras del gasto público y las de producción de petróleo, Venezuela no podrá evitar hundirse también en la crisis. El ex presidente de la OPEP y ex presidente de PDVSA, Humberto Calderón Berti, prevé que los ingresos internos y externos se resentirán desde finales de 2009: "El Gobierno ya no va a tener recursos para sostener sus políticas populistas, ni para comprar amigos a nivel internacional", dice.


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