+ La atractiva Primera Ministra de Israel no ha podido formar gobierno. Y es que formar gobierno en Israel es una empreza más parecida a la cuadratura del círculo que a la formación de una coalición para gobernar.
El pueblo escogerá a sus diriegente, ha dicho doña Tzipi Livni, representante del partido Kadime, actualmente mayoritario, declarándose impotente para resolver la situación de interinidad en lo que por aquí llamamos la gobernabilidad. Y es que gobernar a Israel es una de esas tareas verdaderamente heroicas que hay en el mundo. Un país que es a la vez el santuario de una religión, los judíos, pero que constituye yn Estado donde viven con nacionalidad y ciudadanía palestinos: Israel. Donde hay ciudadnos de cultura laica que sin embargo se reclaman de la tradición judaica, y judíos ortodoxos para quienes el territorio del Estado es la "tierra prometida".
Es, por tanto, una sociedad tolerante y fundamentalista, moderna y arcaica, desarrollada y primitiva, optimista y temerosa, todo ello al mismo tiempo y en el mismo momento y lugar. Y todos esos intereses y aspiraciones y esperanzas y temores deben gobernar, y con ellos es necesario gobernar. . . no es extraño que los políticos se sientan a veces desalentados.
Con toda seguridad, el próximo aspirane a gobernar volverá a ser Bejamin Netanyahu, si la Sra Livni no puede lograrlo. Y volverá a comenzar la ronda . . .
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