* Un "jaleo" como dicen los españoles, ha armado la inefable presidenta argentina Cristina Kichner con su anuncio de privatizar los fondos de pensiones. Con ello no solo "tumbó" las cotizaciones de valores de la Bolsa de Buenos Aires sino también de la de Madrid.
+ El gobierno argentino, en cabeza de la impulsiva presidenta, sigue por lo tanto, dando muestras crecientes de que el carácter de la señora Kichner se está dejando sentir en una serie de medidas que dan la impresión de llegar sin la necesaria reflexión, lo que se evidencia también en una creciente ansiedad en la oposición.
Y es que la lectura de los mercados es que la nacionalización es una forma de sencillamente apropiarse de los activos de las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP). Nadie cree la explicación oficial de evitar que los fondos se descapitalicen. La sospecha es que el gobierno no tiene dinero para pagar los vencimientos de la deuda y sus compromisos internacionales, y que los fondos de los 10 millones de afiliados podrían destinarse a ese propósito.
El gobierno argentino no tiene la seriedad ni la confianza de la gente para poder argumentar que cuidará bien esos fondos. Y no es culpa de los jubilados que los Kirchner no hayan ahorrado durante las vacas gordas, para compensar ahora la bajada de precios de las exportaciones. Los Kirchner no sólo no ahorraron: les impusieron nuevas "retenciones" a las exportaciones para cubrir con ese dinero sus ineficiencias estatales. Ahora pretenden usar los 30.000 millones de dólares de los jubilados sin consultar a los propios afectados, ni al Parlamento, ni a nadie. Simplemente arriesgan las reservas de quienes ya no tendrán oportunidad de rehacer sus vidas y de ahorrar en otra forma.
Los Kirchner, fieles a su estilo, sólo están cambiando el origen de los recursos a que echan mano: de las "retenciones" -ya no tan cuantiosas por los menores precios de exportación- se pasan a las jubilaciones. Y así como la reciente prosperidad del mundo benefició a marido y mujer y les permitió un nuevo gobierno populista con precios artificiales, ahora van a culpar a la crisis mundial por sus desaciertos económicos y sus gastos irresponsables.
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