Siguen cayendo
. . . las Bolsas. Y ya, me parece, no es posible seguir esperando que las cosas se resuelvan en un plazo relativamente breve. Pero lo más grave de todo esto, es que no tenemos claro la magnitud en la que, sin duda, este país deberá soportar los efectos de la recesión mundial. Pero, como de costumbre, pocas voces se levantan para exigir medidas inmediatas. Aunque, también es cierto que poco puede seguramente hacerse si la marcha hacia el desastre continúa como parece ser.
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