* Convengamos en que ella no existe. Pero como se dice jocosamente de la igualdad, así como hay algunos más iguales que otros, hay periodismo y periodistas más objetvos que otros . . .
Cabría esperarse que la prensa internacional, la que se dirige a ciudadanos de todo el mundo como las grandes cadenas de los países desarrollados fueran más confiables en sus enfoques sobre lo que ocurre en el extranjero. Infortunadamente no es así, y las preferencias políticas que se exteriorizan en relación con sus propios gobiernos se suelen traducir en la visión que presentan de los acontecimientos mundiales. Es el caso de la televisión española. Basta mirarla para adivinar cual es el signo político que gobierna ese país, ya sea el PSOE o el PP.
En Italia el caso es aún más claro: la televisión oficial, la Rai, es un simple vocero de lo que piensa el Primer Ministro.
La Televisión francesa, por su parte, intenta hacer creer que es independiente y objetiva pero no le alcanza. Mucho menos cuando usa material de archivo para ilustrar las noticias actuales . . sin advertirselo a los televidentes.
La BBC fué el ejemplo mundial. Pude afirmarse que la idea de establecer entidades autónomas para el manejo de los medios tiene su orígen en la radio inglesa, que fué célebre por su independencia. Hoy parece que, como televisión ya no lo es tanto; como se vió durante el mandato de Tony Blair.
De los medios norteamericanos es mejor hablar en otra ocasión.
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