Hasta dónde puede llegar la intolerancia de los fanatismos. Resulta que Madame Rachida DATI, la ministra de justicia de Francia dió a luz recientemente. Nada de particular. Ahora es frecuene que las ministras tengan hijos mientras desesmpeñan sus cargos. Igual ocurrió recientemente con la ministra de defensa de España y con otras distinguidas funcionarias de la misma categoría en otros países.
Lo particular de este caso es que Madame Dati regresó a trabajar al ministerio solo cinco días después del parto por cesárea. Y allí empezó el problema. Porque las asociaciones femeninas de Francia y muchas mujeres del país están terriblemente indignadas con ella por no haber hecho uso de su derecho a permanecer varias semanas en casa. Su actitud se ha interpretado poco menos que como una traición a las madres recientes. La ministro simplemente alegó que sus deberes oficiales no podían esperar, lo que no ha tranquilizado a las protestantes damas galas que sostienen que fueron muchas las batallas que dieron para que se reconociera el famoso "congé".
En fin, ha sido Mme Royal quien ha puesto la nota comprensiva al recordar que la función ministerial es especial y amerita, por tanto, una conducta especial. Aunque ha recordado con malicia que durante su propio ministerio se autorizaron las vacaciones para los padres. Nadie sabe quien es el padre de la niña de Mme Dati.*
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