Crisis alimentaria. . . y en Colombia, qué ?

Encerradas en los avatares de las crisis política y penal, y en nuestra tradicional incapacidad para interpretar lo que pasa en el mundo fuera de nuestras parroquiales fronteras, no parece que las autoridades nacionales hayan empezado a prever lo que habrán de hacer cuando la crisis de los alimentos golpée a las puertas del país. Hay, en efecto, una extraña indiferencia, -de esas que ya hemos conocido en otras oportunidades frente a las señales que vienen de fuera,- y que nos sorprenden candorosamente, es decir, irresponsablemente, impreparados para lidiar con las consecuencias. No somos absolutamente autosuficientes en productos agrícolas, y por el contrario, el país importa regularmente algunos de ellos para cubrir las necesidades del mercado nacional. No sabemos si las existencias actuales son suficientes como para justificar tanta tranquilidad, y si la producción de lo que no importamos bastará para las necesidades del país. Pero además, en cualquier momento puede dispararse en el sector interno la especulación que produce las alzas en los precios.  Y si se tiene en cuenta que nada es más explosivo socialmente que las dificultades alimenticias, esta inercia y morosidad de las autoridades no tiene ninguna explicación, y hace pensar que el gobierno no ha calculado ni previsto las dificultades en las que puede verse metido, en el peor de los momentos posibles, desde sus propias conveniencias.