Propuestas de prensa

Hemos dicho ya, y seguramente lo seguiremos repitiendo, que Raymond Aron, el gran intelectual francés de la segunda mitad del siglo pasado, decía que la tarea del periodista no solo era criticar, sino plantear soluciones a las cosas que estaban mal. Es un criterio que no comparte la mayoría de los periodistas porque siempre es más fácil criticar que proponer. Por eso es bueno que se planteen soluciones a la actual crisis nacional, mucho más si se tiene en cuenta que la mayor parte de la inquietud que vive la nación es el resultado de la agitación creada por la propia prensa. Que las quejas de una parlamentaria de mínima importancia porque no le cumplieron unas promesas a cambio de su voto, según ella, quejas que hoy formula en contra de sus propias declaraciones juradas de hace unos años, se convierta en un gran problema nacional, solo se explica por el afan sensacionalista de unos periodistas cuyas opiniones e informaciones de han sobrevalorado. Pero también hay que tener en cuenta que las propuestas de la prensa deben ser razonables, no solo desde el punto de vista de lo político sino de lo jurídico, para que no se conviertan en simples ejercicios publicitarios.