La intervención del Presidente Sarkozy en la televisión francesa dirigiéndose a Manuel Marulanda pone más presión en el grupo guerrillero que se vé, de este modo, responsabilizado internacionalmente por la suerte de Ingrid Betancourt. En el Shangri-lá en que ese movimiento permanece, no es absolutamente seguro que reaccione positivamente a la petición de dejar entrar al lugar de cautiverio a un grupo médico, a pesar de la decidida colaboración del Gobierno colombiano para que ello suceda.
No hay que olvidar que Sarkozy no actúa exclusivamente por razones humanitarias sino también para fortalecer su imágen ante el electorado francés, imágen duramente golpeada por lo que los franceses han interpretado su reciente gestión como un comportamiento light, más adecuado a un gobernador norteamericano, que al sucesor de esas figuras imperiales de la V République Française, (aunque suene contradictorio), como el General De Gauule y François Mitterand.
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