En Gran Bretaña se ha propuesto, según dice The Economist, un impuesto sobre las bolsas plásticas que se usan en tiendas y supermercados. Estos paises ricos nos sorprenden y desconciertan a quienes vivimos en estas latitudes subdesarrolladas, porque nos hace pensar que como no tienen problemas, se los tienen que inventar. Pero en realidad, seguramente tienen razón en estos tiempos de contaminación y calentamiento global. Pero un australiano que le escribe a la revista, comenta que en su país se prohibieron las bolsas plásticas, pero un estudio ha demostrado que la prohibición le ha costado a la ecomomía unos 900 millones de dólares y la pérdida de muchos empleos, sin contar con lo que ha significado no poder emplear las bolsas para otros usos, como la recolección de la basura. Además no parece haber mucho beneficio para el medio ambiente. Otra clase de bolsas no son tan "reusables" como se cree y tienen que ser, de todos modos, reemplazadas, y finalmente desechadas, con lo que terminan también, contaminando.
Pero conociéndo a nuestros legisladores, administradores públicos y almojarifes gubernamentales, no es nada raro que muy pronto oigamos hablar por aquí de un proyecto parecido.
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