Sentido de humor presidencial

Hubo una época en que los únicos gobernantes verdaderamente intolerantes y de mal carácter, según la prensa, era los de derecha. Las fotos los mostraban malencarados y furiosos, como si en esos gestos se resumiera el sombrío aspecto de sus actos de poder. Mussolini gritando enfurecido desde las piazzas italianas; Hitler desencajado y brutalmente amenazador, con el dedo extendido en señal de advertencia. Franco, con eterna cara de desagrado. Pinochet altanero y despectivo. Por el contrario, los gobernantes izquierdistas parecían más felices y cordiales: Stalin, como un papá Noel bonachón, Jruschov besando niños, Fidel sonriendole a las multitudes que lo acogían; Allende bromeando; cuando éstos últimos se ponían serios e indignados, era la reacción justa y comprensible de los ofendidos por los actos de los enemigos del pueblo y los esbirros del Imperio y del Capitalismo.

Pero las cosas han cambiado. Tras el duro gesto de Correa en Santo Domingo, ahora resulta que Chávez y la Reina Cristina también son propensos al mal genio y la susceptibilidad. El primero anda indignado con una foto de la Agencia inglesa de noticias Reuters que le sacó una foto con dos puntos negros que lo hacen ver como el ratón Mickey. Esta ilustración que otro consideraría graciosa e inofensiva, porque se trata, ciertamente, de un efecto involuntario de la luz, ha sido interpretado como un insulto a su excelencia, pues, afirman los amigos del príncipe venezolano, es una estrategia dictada desde el Pentágono para ridiculizarlo.

En Argentina, el periódico Clarín publicó una caricatura de Hermenegildo el más famoso dibujante del país que ha ofendido de manera similar a la Presidenta, quien se ha venido lanza en ristre contra la prensa en general, y contra el caricaturista en particular, acusando la viñeta de ser "cuasi-mafiosa". -Cómo puede ser "mafiosa" o cuasi, una caricatura ? y llamar mafioso a un caricaturista es una completa extravagancia.

Todo lo cual demuestra que y a tenemos otra característica de ese misterioso concepto político llamado socialismo del siglo XXI: excluye toda forma de humor gráfico.