sábado, 7 de junio de 2008

El referendum irlandés

La Unión europea es el modelo ideal de la integración que los latinoamericanos miramos con sana envidia como el que pudiéramos tener en este sub-continente. Pero, -qué tan sólido es ese modelo ideal ? quizás no tanto como debería. Cada cierto tiempo aparecen  situaciones que lo ponen en peligro. Y es lo que ocurre precisamenta ahora, a propósito del referendum irlandés que tendrá lugar dentro de pocos días. Si Irlanda dice sí, la laboriosa reforma de las instituciones europeas, iniciada en diciembre de 2.001 en la Cumbre de Laeken, interrumpida entre mayo y junio de 2.005 por el rechazo franco-irlandés al proyecto de Constitución, reiniciada luego por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy bajo la forma de un tratado "simplificado", llegará a su fin. 

Por el contrario, si Irlanda dice no, todo el edificio se hundirá. Años de negociaciones, en las cuales Europa ha invertido mucho tiempo y energía, quedarán reducidas a nada. El golpe será muy duro, como lo fueron hace tres años las decisiones en contra de Francia y Holanda. La crisis, de la que Europa había creído salir, regresará. Los progresos esperados del nuevo tratado, que debía según sus promotores, reforzar el papel de la Unión europea en el mundo, quedarán en el baúl de las ilusiones perdidas. Y quienes hemos esperado el éxito de esta empresa para modelar nuestras propias espectativas, nos quedaremos sin ellas.

Esta no sería la primera vez que Irlanda decide ir por su lado. En junio de 2.001,ya rechazaron por un 54% el Tratado de Niza. En Octubre de 2.002, después de una segunda consulta, lo aprobaron por el 62.89% de los votos, después de que los Europeos, con una declaración solemne, les habían asegurado que se les garantizaría su neutralidad. De esa adopción o no del Tratado, dependía la ampliación de la Unión a los antiguos países comunistas.

Será que las cosas se repiten ? tal es una de las hipótesis contempladas en caso de que los Irlandeses voten negativamente el próximo 12 de este mes. En el supuesto de que ellos cambien de idea y voten si en una segunda oportunidad mediando nuevas garantías. el calendario de las reformas se atrasará, pero no será abandonado. Pero no es seguro que los Europeos puedan pedirles dos veces seguidas a los Irlandeses que decidan. Y entonces el rechazo irlandés, será una pésima señal para Europa y para quienes la imaginamos unida.



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