jueves, 5 de junio de 2008

Phoenix II

Ahora que se pondera  el éxito de la nave espacial de la NASA que lleva el nombre del ave mitológica que renace de entre sus cenizas, se ha recordado que ese nombre se explica por fracasos anteriores en la exploración marciana. El más humillante de ellos merece un sitio de honor en la historia de la estupidez humana: el vehículo llamado Mars Climate Orbiter se estrelló en 1.999 porque un grupo de ingenieros, contra todo sentido común, continuó haciendo sus cálculos en el llamado sistema imperial de medidas, o sistema inglés, cuando todos los demás ingenieros y técnicos del proyecto habían adoptado el sistema métrico decimal.

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