En la controversia que ahora se maneja en el Congreso de EE UU en relación con la ayuda a la industria del automóvil se ha dicho que una quiebra de las tres grandes empresas productoras de vehículos afectaría a miles de personas dentro del territorio de ese país. Pero ocurre que ello es solo parcialmente cierto.
En efecto, partir de la base de que el respaldo gubernamental, así como de la campaña recientemente impulsada de "comprar americano", son medidas de la más urgente necesidad,es una premisa que se ha convertido en una cuestión mucho más complicada de lo que parece, porque definir lo que es un carro americano es uno de los grandes acertijos de este mundo.
Y es que menos de la mitad de las partes que usan los automóviles construídos por uno de los Tres Grandes, (Ford, GM y Chrisler), es fabricada en los Estados Unidos. Tomemos por ejemplo el Ford Fusion. Éste es ensamblado en México. El Chrysler 300C es ensamblado en Canadá, su transmisión viene de Indiana, pero el motor V-8 es hecho en México. Los motores del deportivo Chevrolet Equinox sport vienen de China..
Pero por otra parte, el Camry de Toyota está hecho en un 80% con piezas hechas en los Estados Unidos, a la vez que el 56 por ciento de los otros modelos de Toyota vendidos en el país, también se fabrica en plantas americanas. El Toyota Sienna y el Tundra tienen igualmente un 80% de piezas manufacturadas de la misma manera.
Entonces, la pregunta es, cuando constructores del resto del mundo fabrican sus carros con una proporción tan alta de partes domésticas, -motor, transmisión, ensamblaje- se trata de un carro extranjero ? Lo es porque los beneficios se van para un país extranjero ?
Todo lo cual ayuda a entender porqué no todos los HH congresistas norteamericanos no parecen tan consternados con el dramático pedido de auxilio de las Tres Grandes.
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