Problemas en la India, problemas en Grecia, problemas en Africa, problemas en Somalia. Por todas partes estallan conflictos y el mundo, que creyó, al comienzo del nuevo siglo que sus peorers temores habían desaparecido, se vé de nuevo lanzado a confrontaciones potencialmente más peligrosas que las que se vivieron durante el siglo XX.
La amenaza del terrorismo es cada vez más ominosa y el riesgoque corren las sociedades, en especial las sociedades desarrolladas tiende a poner en riesgo derechos y garantías supuestamente consolidadas. Los gobiernos se escudan en las periódicas masacres y ataques de grupos violentos para imponerle restricciones a los ciudadanos, que hasta hace poco se habrían considerado inaceptables.
Y nuevos riesgos aparecen, y parecerían justificar la idea de que algunos sistemas de garantía y protección jurídica son ellos mismos serios obstáculos para combatir a los ilegales. Tal el caso de los piratas somalíes: el mundo no puede implementar mecanismos represivos de su actividad porque se estrella contra los principios del Derecho Internacional, mientras que los suministros de petróleo de Europa y buena parte del mundo se ponen en peligro. Y es que los países temen que al intervenir vigorosamente en Somalia, se establezcan precedentes que debiliten los derechos soberanos de esos mismos países.
En suma, el mundo está cada vez más convulsionado en materia de seguridad; lo cual unido a la gran criss de la economía, puede generar conflictos de una dimensión temible.
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