No es coincidencia que la ofensava israelí en Gaza se haya dado en navidad. Es por el contrario, parte de la estrategia. Con el mundo occidental adormecido y en vacaciones, Tel Aviv se asegura de que las reacciones de las capitales europeas, en particular, sean lentas y descordinadas. Aunque a los líderes de esos países tampoco deben sentirse muy preocupados, ya que se les da la oportunidad de desentenderse del asunto, al menos por unos días.
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