+ En medio de las noticias sobre la crisis, que se centran en EE.UU. y Europa, está pasando casi desapercibida entre nosotros la situación verdaderamente sorprendente sobre el durísimo impacto que ella ha tenido en el Japón.
En efecto, el archipiélago asiático es el país más duramente afectado actualmente. El hundimiento de las exportaciones ha provocado un retroceso del 3.3% del PIB en el cuarto trimestre, que equivale ya al 12,7 a ritmo anualizado. Una caída dos veces más importante que la ocurrida en la zona euro y tres veces más que en Estados Unidos. Todas las bases del país empiezan a quedar debilitadas, mientras que los conglomerados se ven obligados a despedir sus obreros menos calificados; pero incluso los empleados ejecutivos, otrora intocables están amenazados. Como consecuencia, el gobierno estudia ya el tercer plan de recuperación.
Pero los japoneses saben bien que su país solo recuperará el terreno perdido en la medida en que los demás países lo hagan.
Esta situación está muy lejos de la admiración que los expertos sentían hace 20 años, cuando estaba de moda aprender el idioma nipón, y los textos de administración ponderaban una serie de teorías y estrategias cuyos nombres iban de la A a la Z, y predecían, como lo hacen ahora en relación con China, que el país del Sol Naciente se convertiría muy pronto en la primera potencia economica del; mundo.
Pero lo que ha quedado en claro es que el gran mercado de esas economías siguen siendo los Estados Unidos, y que al producirse allí una recesión, el impacto que ellas sufren es demoledor.
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