* Pasó otra vez este año la misa solemne de Hollywood. Lo de menos son los premios, o mejor, los nombres de los premiados. Como cada año esta liturgia se repite: un gran escenario donde la cofradía del celuloide se reune para presenciar cómo los monaguillos de la celebración litúrgica recitan la letanía de los nombres ya conocidos por todos como si estuvieran develando algún dogmático misterio.
Y otra vez, los europeos, al menos los que ganaron, como España a través de la versátil Penélope Cruz, han vuelto a silenciar sus críticas al cine que representa Hollywood, para congratularse por el premio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario