sábado, 2 de agosto de 2008

Bajas condenas ?

La petición presidencial de que se les exija a los jueces americanos que no apliquen bajas condenas a los extraditados es una cuestión más compleja de lo que se cree, y por eso parece más bien un anuncio político de dientes para afuera, que una posibilidad real. En primer lugar, porque el problema con los jueces de ese país es precisamente el contrario: que son reacios a respetar las legislaciones extranjeras, como lo demuestra su desdén por la Corte penal internacional, y en general, por las cortes de cualquier país distinto al suyo. Es una difícil tarea hacerlos entender que la extradición se hace generalmente con el compromiso de que la condena que se le imponga al extraditado no sea superior a la que obtendría por el mismo delito en el país que lo extradita. Además, el país que recibe a la persona solo lo juzga por os delitos que haya cometido en su territorio. Entonces, hacer peticiones como la del presidente Uribe es muy peligroso, por lo que puede ocurrir de aquí en adelante.

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