viernes, 29 de agosto de 2008

Obomanía europea

Es curiosa la Obomanía europea. Todos en ese continente, si se le cree a la prensa, parecen querer fervientemente la elección delcandidato negro (mulato). Y ello es extraordinario porque en Europa nunca ha habido un gobernante negro a pesar de que los negros han estado allí desde la antigüedad. En Roma había negros, y en la edad media los hubo. Y hoy son millones. Pero ninguno parece tener la posibilidad de influir sobre la política como para llegar a ser Presidente o Primer Ministro de Francia, o Canciller de Alemania, o Primer Ministro de Italia. Curiosamente la idea no parece tan exótica en el Reino Unido, donde probablemente llegará primero el día en que elijan a un gobernante de orígen hindú o árabe, y quizás negro.

Pero el continente ha sido siempre racista como ya lo dijimos alguna vez. Es cierto que nunca ha habido el furioso apartheid norteamericano, y en realidad los franceses han sido relativamente tolerantes con algunas expresiones negras como el Jazz y sus intérpretes. Pero eso también ocurría en el Berlín de los años veinte, y ya sabemos lo que ocurrió luego. Pero la discriminación de los gitanos, por ejemplo, es evidente con la relativa excepción de España, como lo demuestra la descarada persecusión que se ha desatado en Italia. En Alemania nunca han aceptado del todo a los millones de turcos, descendientes de quienes llegaron a trabajar en los cincuenta del siglo pasado y permitieron el "milagro" económico de las décadas siguientes. Holanda, un país de famosa tolerancia, ha demostrado recientemente los límites de ella frente a los árabes. Y las despiadadas leyes contra la inmigración en Dinamarca, no tienen otra explicación que la hostilidad por quienes pretenden inmigrar, es decir, los negros, los árabes y los pobres de America Latina, a quienes llaman "browns". Y así podríamos seguir interminablemente.

-Entonces, cómo se explica la supuesta devoción por Barak Obama ? Quizas, siendo benévolos, a la idea de experimentar en cuerpo ajeno ? O será la inocultable fascinación por todo lo que ocurre en Estados Unidos, un país cuyas fallas y extremismos sociales es habitual denunciar, criticar y condenar como si ellos no existieran, y casi siempre en términos más crueles y brutales en los propios países en donde se señala sin piedad a los norteamericanos ? No hay prensa más implacable que la francesa para defender a los negros . . . de Estados Unidos. Una prensa que todavía no acepta que los exterminios raciales de Africa, como el de Ruanda, son en último término el fruto de los odios que dejaron las políticas coloniales.

O será que lo que,  en el fondo, fascina a los europeos es la capacidad de la sociedad americana para ir superando sus conflictos y a través de ello abrirle el camino a la Vieja Europa, tan rica en declaraciones ampulosas de libertad e igualdad, y tan pobre en resultados y en derechos, como no sean exclusivamente los que disfrutan sus respectivos ciudadanos blancos ?




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